domingo, 14 de febrero de 2010

Caer del árbol

 Una aproximación a los Mapas Mentales

Imaginar debe ser, en último término,
 algo tan sencillo como caerse de un árbol.

DOUGLAS HOFSTADTER

Dice Juan Gelman que ”la idea es más obscura que la suma de obscuridad que hay en su cuna”; mientras que Borges afirma que ”el pensamiento más fugaz obedece a un dibujo invisible y puede coronar, o inaugurar, una forma secreta.” Sin embargo, lejos de interpretaciones poéticas, debemos reconocer que tanto el pensar como el aprender son actividades tan naturales al hombre que no tendría por qué existir dificultad alguna al practicarlas. El cerebro humano está hecho para aprender un sin fin de cosas y es totalmente capaz de utilizarlas después en su beneficio. Siendo así las cosas, entonces ¿por qué se presentan tantos problemas en la vida estudiantil?, ¿por qué tanto temor a los exámenes?, ¿por qué, tras seis meses de clases, los estudiantes apenas recuerdan un puñado de conceptos y comprenden realmente sólo un par de ellos? En el presente texto aventuraremos la idea de que la causa de todas estas dificultades está en que hemos estado aprendiendo (y enseñando) de una manera que no es natural para nuestro cerebro.

Hoy en día se sabe que cada neurona posee de 104 a 1028 conexiones con otras neuronas. Esto significa que existe un número infinitamente finito de posibles recorridos, para un impulso nervioso, dentro de nuestro cerebro. Cada idea que concebimos, cada concepto que aprendemos, cada habilidad que adquirimos, cada recuerdo que creamos, dispone y necesita de una serie de neuronas interconectadas, de una senda bioquímica-electromagnética, conocida como senda mnemotécnica o mapa mental. La repetición de dicho recorrido en sí misma aumenta la posibilidad de repeticiones futuras. Es como una senda en el bosque que cada vez que se recorre se hace más ancha y transitable, de manera que facilita volver a recorrerla. Nuestro cerebro normalmente trabaja de esta manera y no en rígidas secuencias lineales.


Con el planteamiento del pensamiento lateral  se estableció el primer paso hacia lo que hoy se denomina pensamiento radiante, y del cual el mapa mental es –al menos hasta ahora- su más fiel representación y su más útil herramienta. Tanto al elaborar como al utilizar un mapa mental, ponemos en marcha los complejos procesos cognoscitivos (incluyendo los de retención o mnemotécnicos) y las variadas habilidades cerebrales: de imágenes; cromáticas; percepción espacial, tanto dimensión como Gestalt; de lenguaje, en palabras y símbolos; numéricas; rítmicas; y lógicas, entre las que se encuentran: análisis, síntesis, deducción, inducción, causalidad, linealidad y asociación (de la que hay siete tipos: las columnas metodológicas que veremos a continuación).

Para que los simples datos puedan convertirse en información, es preciso relacionarlos unos con otros. La forma en que se asimilan los datos recibidos depende de los conocimientos previos que ya poseemos. No partimos del desconocimiento absoluto, existen ya estructuras previas. Los datos se relacionan entre sí de acuerdo a siete categorías metodológicas, a las que Ponce Rivas  llama columnas metodológicas: esquema, contraste, secuencia, jerarquía, visualización, implicación e integración. Nos dice que no existen ideas sueltas, sólo ideas desordenadas. Y debido a que únicamente podemos aprender el paso siguiente a lo que sabemos -dos pasos adelante es imposible- debemos lograr que los conocimientos previos con los que analizamos la realidad busquen las relaciones entre datos, y no los datos mismos. Si construimos pieza a pieza cada columna, obtendremos un marco de referencia que permitirá, a través de la experiencia y el contacto con la realidad, recibir datos abundantes que puedan relacionarse entre sí, de una forma firme. A continuación describiremos brevemente cada una de las columnas metodológicas:

1)    ESQUEMA.- El esquema es aquello que sostiene, mantiene asido, contiene y protege. El esquema une lo que se ve y lo que se comprende; une la visión y la visualización; une lo que vemos y lo que recreamos. Un esquema es el proceder constructivo, y siempre es interior, aunque podamos representarlo. Es la forma dinámica de lograr la unión de dos elementos.
2)    CONTRASTE.- La comprensión se da por contrastes. La forma más importante de considerar lo que rodea a algo es determinar sus opuestos. La cultura y, por tanto, el lenguaje, se ha creado con base en pares, con base en opuestos, representando la polaridad.
3)    SECUENCIA.- La secuencia es la relación de contigüidad que se establece entre elementos, pudiendo ser temporal, lingüística, espacial o matemática. Es necesario determinar un punto de origen y las reglas que se seguirán, llamadas reglas de correspondencia. Estas son proposiciones que indican los procesos que se deben realizar, con los términos anteriores, a fin de obtener un nuevo término. En este sentido, la predicción es el conjunto de sucesos que pueden ocurrir, a partir de la situación real existente, la que permite la previsión de eventos o la toma de decisiones. Se precisa de un tipo de secuencia durante el aprendizaje, y otra en su uso posterior.
4)    JERARQUÍA.- La  jerarquía es una relación de gobierno – subordinación en que se establecen niveles o grados entre los elementos de un conjunto, a fin de definir el gobierno de unos y la subordinación de otros. Es recomendable que un documento o mapa mental esté gobernado por una sola idea principal, de la cual dependen las otras ideas subordinadas.
5)    VISUALIZACIÓN.- Nos acercamos a la verdad cuando visualizamos, no cuando vemos. Ahí descubrimos los conceptos, las causas y sus efectos. Los conceptos son una construcción del hombre que le permite explicar las relaciones entre cosas o entre los mimos conceptos. Los conceptos señalan las relaciones que se dan entre las cosas.
6)    IMPLICACIÓN.- Un término o un pequeño grupo siempre encierra o contiene a otros. La implicación es la relación de contenedor – contenido  que se establece entre dos o más palabras o conceptos, a fin de facilitar su manejo. Un modelo es la implicación de la realidad o de su dinámica interna, lo que facilita su comprensión y transformación.
7)    INTEGRACIÓN.- Descubrir la relación de integración es parte esencial de la ciencia. Hemos construido el mundo integrando. Integrar es unir por conveniencia, por decisión o por analogía algunos elementos. Preguntar es una manera fundamental de proceder constructivo.

En lo referente al acto de retener o recordar, podemos decir que se ha estudiado que durante una plática, una conferencia o una clase, aquello que con más facilidad se recuerda es: los temas del comienzo (efecto de primacía); los temas del final (efecto de inmediatez); las cosas relacionadas a otras ya conocidas (uso de las columnas metodológicas); los puntos acentuados o sobresalientes; lo que llama la atención de alguno de los cinco sentidos; y lo que sea de especial interés personal. Durante la hora de clase es imposible que toda la información se retenga, pues hay información que no cae en ninguna de las categorías citadas. Sin embargo, en un mapa mental bien podemos hacer que toda la información contenida en él comprenda al menos una de las características que nos ayudan a recordar: colores (para resaltar, agrupar y jerarquizar), imágenes, relaciones propias, flechas, símbolos, representaciones en tres dimensiones, texturas, palabras, etc.

Hasta ahora hemos hablado de los beneficios del mapa mental, pero no hemos dicho qué es. Nos topamos aquí con un problema y una paradoja: estamos tratando de explicar sólo con palabras una herramienta que se vale de muchos elementos gráficos y cognoscitivos. Desde luego, la mejor manera de explicar lo que es un mapa mental sería con un mapa mental; sin embargo, eso no impide que podamos hacer una enumeración de sus características más importantes, pero siempre teniendo en cuenta que será preciso referirse a un mapa mental ya hecho, o elaborar uno propio, para comenzar a comprender los verdaderos alcances de esta técnica.

Básicamente, un mapa mental consta de una idea central de la que se desprenden varias ideas subordinadas, relacionadas o complementarias; a su vez, de cada idea secundaria se desprenderán otras ideas relacionadas con ésta. La unión se hace a través de líneas y/o flechas irradiantes, sobre las que se anota la idea o concepto que le corresponde; todo esto apoyado por imágenes, colores, símbolos, etc. En seguida se presentan las reglas básicas a considerar cuando se elabora un mapa mental:

1)    UTILIZA EL ÉNFASIS
        a)    Usa siempre una imagen central
        b)    Usa imágenes en toda la extensión de tu mapa mental
        c)    Usa al menos tres colores por cada imagen central
        d)    Usa la tercera dimensión en las imágenes y alrededor de las palabras
        e)    Usa la sinestesia (fusión de los sentidos)
        f)    Varía el tamaño de las letras, las líneas y las imágenes
        g)    Organiza bien el espacio
        h)    Usa un espaciado apropiado

2)    UTILIZA LA ASOCIACIÓN
        a)    Ten presentes las siete columnas metodológicas
        b)    Utiliza flechas cuando quieras establecer conexiones dentro del diseño ramificado y a través de él.
        c)    Utiliza colores
        d)    Utiliza códigos.

3)    EXPRÉSATE CON CLARIDAD
        a)    No uses más que una palabra clave por línea
        b)    Escribe todas las palabras con letra de imprenta
        c)    Escribe las palabras clave sobre las líneas
        d)    La longitud de las líneas debe ser igual a la de las palabras
        e)    Une las líneas entre sí, y las ramas mayores con la imagen central
        f)    Conecta las líneas con otras líneas
        g)    Las líneas centrales deben ser más gruesas y con forma orgánica
        h)    Consigue que los límites enlacen con la rama de la palabra clave
        i)    Haz las imágenes tan claras como te sea posible
        j)    Mantén el papel dispuesto horizontalmente delante de ti
        k)    Escribe con letras de imprenta tan rectas como te sea posible

4)    DESARROLLA TU ESTILO PERSONAL


Hasta aquí las cuestiones generales acerca de los mapas mentales. Resta solamente recordar que el tema es muy amplio y sus aplicaciones ilimitadas. Podemos usar mapas mentales para preparar una clase, para dar una clase, para tomar notas, para estudiar un tema, para organizar una agenda, etc. La intención de este texto es solamente recordar que las posibilidades del cerebro son muchas; que los jóvenes actualmente tienen a su alcance infinidad de estímulos y de información, de modo que hemos de buscar alternativas para la enseñanza, el aprendizaje e incluso la evaluación. Los mapas mentales no son la panacea, pero bien pueden complementar y enriquecer nuestros recursos didácticos.

MEC  IVÁN CAMACHO ANGUIANO

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